La versión original de Carmena

Los nuevos partidos que han llegado al poder como resultado de las elecciones del pasado mayo han adoptado más de una decisión polémica en diferentes ciudades de España. Quizá Madrid se lleve la palma. A la capital corresponde la iniciativa que quiero comentar hoy: una web donde el equipo de comunicación de la alcaldesa, Manuela Carmena, desmentirá aquello que se publique en los medios y que consideren erróneo.

Mi primera reacción al respecto fue negativa, no me parece en absoluto una idea acertada. Luego he leído diferentes opiniones y quizá he matizado un poco mi pensamiento inicial, pero sigue sin gustarme la idea, con independencia de que no sea algo novedoso y de que la Comisión Europea lleve tiempo haciéndolo -cosa que, admito, yo desconocía-.

La prensa se equivoca, es obvio. Hay errores, malas interpretaciones intencionadas o no, enfoques interesados... Mil cosas. También hay que tener en cuenta el factor subjetivo, porque a lo mejor se destaca una parte que al poder le gusta menos pero que no por eso es menos cierta. Entonces, ¿qué es lo que busca exactamente Carmena? ¿Señalar lo incorrecto o lo que no le guste? ¿La mentira o la interpretación que no le interese?

En mi opinión, el hecho de crear una web de estas características significa en sí mismo suponer que los periodistas van a hacer mal su trabajo a menudo, que vas a tener mucho material -tanto como para dedicar una web a ello, insisto-. Si eso sucede, a lo mejor también es tu culpa por no explicar las cosas con suficiente claridad, algo que creo que le está sucediendo bastante a Ahora Madrid, al que, por cierto, no miro con predisposición a la crítica.

¿No será suficiente con aclarar las cuestiones que vayan surgiendo en el día a día? ¿De verdad se necesita crear una web y poner en entredicho de manera pública los errores que cometan los profesionales de la comunicación? Lo siento, pero no lo veo. Y, ojo, no digo que sea censura ni que ataque a la libertad de expresión, pero lo veo innecesario y muestra de una predisposición a mirar con lupa el trabajo de la prensa, a la que, por supuesto, se debe llamar la atención cuando no cumple con su función.